Reto. 1

Tumbada en ropa interior sobre la cama se lamía los dedos.

La lencería negra de encaje contrastaba con la blancura de su piel. Sus cabellos cobre caían como cascada sobre su pecho, sin orden y dándole a su condición un punto sexy que culminaba la crueldad de sus actos.

Llevaba años lidiando con su parte mas humana intentando, la mayoría de las veces con escaso éxito, integrarse entre la gente que le rodeaba y viviendo como se esperaba que viviera. Pero su lado mas oscuro, ese monstruo que vivía dentro de ella y que, por suerte o por desgracia, había silenciado totalmente durante una década, había salido hambriento de venganza.

Su cabeza, sedada por narcóticos humanos que limitaban su capacidad de decisión y su sensibilidad hacia lo hostil, se sentía ahora libre. Limpia por fin, había ido despertando durante los últimos dos años. Y ahora su monstruo, tras cansarse de sentir dolor, había tomado las riendas de la situación.

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