Se limpiaba las uñas. Debajo de estas, la sangre aún se podía saborear. Y eso que no solía mancharse las manos literalmente. Pero su parte mas salvaje no pudo ser contenida. Y en cierta parte no poder hacerlo fue liberador después de todo el dolor que había sentido.
Había quedado destrozado… pero había sido divertido, reconfortante, saciante y muy muy estimulante.
Si. Había pensado que jamás se le iría de las manos la situación. Solo en otra ocasión la sensación aquella que le había dominado había terminado de la misma manera: con un cadaver.
Los sentimientos son algo difícil de controlar. Tanto los constructivos como los destructivos. Pero lo importante era saber orientarlos de forma productiva. Y aquella manera era, sin duda la mejor forma de desfogarse y quitarse un problema de encima sin perder la diversión y sin sentirse culpable por poner distancia. Realmente ella no había puesto la distancia suficiente y él, por jugársela con ella o “a ella” una vez mas, terminó con un billete de solo ida.
La mazmorra de Evilcode 