Ciertamente. Sin calendario.
Esta semana era “La semana”…
Si. Entre comillas.
Esperaba desde hacia semanas que llegara “esta” semana.
Unos días, de Lunes a Domingo, donde iba a pasar muchas cosas. Trabajo, dinero, viaje, favores…
Iban a ser días intensos donde todo iba a pasar rápido, sin descanso físico y con estrés mental… unos días que se llevaban organizando durante tiempo atrás.
Pero el Lunes amaneció extraño. Una angustia me llenaba el pecho. Y los acontecimientos empezaron a desencadenarse.
Empezó a fallar el trabajo y el dinero, y mis necesidades emocionales se vieron agudizadas por unos factores ajenos a mi.
Luché porque todo fuera de otra manera, desde la capacidad que tuvieron mis manos mas no terminaba de entender.
El martes me di cuenta de que ese contratiempo del día anterior tendría una razón y no quise juzgar al Universo por ello: la probeché y jugué mi última carta de todo por el todo a liberarme de la angustia.
El miercoles amaneció revuelto otra vez. Los ajustes del viaje no salian… y decidí respirar y dejar que otros ayudaran. Salió bien.
Y el jueves… dioses!!! El jueves amanecí que mis piernas no me tenían…
Pero mi sol salió, se asomó dos veces a mi ventana y a la noche me soltó una enorme sonrisa, no sin antes aparecer en mi tarde y anunciarme que un peso se había liberado como quien ve el arco iris después de la lluvia intensa.
Son las 3:35. Ya es viernes… la promesa de la semana es clara.
Hay que vivir sin calendario, luchando y siempre respetando el orden que el Universo te da. Sus motivos tiene.
La mazmorra de Evilcode 